EL PICANTE, SABOR DE OTOÑO




El sabor picante pertenece al elemento metal y al otoño. Sus órganos son los pulmones, el intestino grueso y la piel. De naturaleza Yang, promueve la circulación de sangre y energía, tonifica, calienta y elimina el estancamiento.
En cantidad moderada, tonifica la energía de los pulmones, de forma que éstos podrán defenderse mejor frente a las agresiones externas como el frío, humedad, sequedad...
El sabor picante al ser de naturaleza Yang, expansivo, tiene la capacidad de limpiar los pulmones de mucosidades, mejora la actividad digestiva y moviliza los fluidos de todo el organismo, ya que el sabor picante humedece los riñones. Asimismo, el sabor picante estimula la circulación de la sangre y activa las funciones del hígado.
Hay picantes de naturaleza caliente, picantes tibios y picantes fríos. El picante de naturaleza fría mejora la digestión en general, ayuda a abrir los poros y despeja la nariz. Los picantes de naturaleza caliente y tibia calientan, promueven la sudoración y combaten el frío interno, pero en exceso producen mucho Yang provocando síntomas de alteración, dolor de cabeza, sequedad en los órganos y tejidos agravando inflamaciones y rojeces.
Las hierbas picantes de naturaleza caliente, como el jengibre o la manzanilla ayudarán a expeler, mediante la sudoración, el frío provocado por energías perversas externas de naturaleza Yin (resfriado, enfriamiento); por el contrario, el sabor picante de naturaleza fría (romero, menta, tomillo), ayudarán con los síntomas de naturaleza Yang, como la inflamación, dolor o enrojecimiento (anginas, fiebre).
Celia Sánchez
Profesora de Qigong

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