LA RESPIRACIÓN ABDOMINAL







La técnica de respiración abdominal o diafragmática consta de dos movimientos principales, un movimiento de entrada de oxígeno (inspiración) y uno de salida de dióxido de carbono (espiración). Cuando somos pequeños utilizamos el diafragma para respirar, el músculo más importante de la respiración. Cuando tomamos aire, inhalamos, el diafragma desciende, dejando más espacio para que los pulmones se llenen completamente de aire, y mientras expulsamos el aire, exhalación, el diafragma se relaja y vuelve a su posición original. Cuando respiramos con el diafragma la respiración es más completa y es la forma correcta de respirar porque aumenta la capacidad pulmonar.
Son los ritmos de vida adulto, el estrés y el día a día, lo que nos lleva a cambiar nuestra forma de respirar, sin darnos cuenta poco a poco comenzamos a respirar con el tórax, resultando una respiración más forzada e inadecuada. El estrés y ansiedad alteran nuestra forma de respirar; los estados de angustia y nerviosismo nos llevan a una respiración rápida y superficial, acompañada normalmente de tensiones musculares y posturas incorrectas que dificultan aún más una buena respiración.
Regular la respiración, disminuyendo el ritmo respiratorio aporta mayor nivel de oxígeno al cerebro y a las células. De esta forma, llegará mayor gran cantidad de aire a los pulmones, la sangre se oxigena más y actúa liberando la ansiedad y el molesto “nudo en el estómago”, y en general, nos hará sentir más relajados y tranquilos, contribuyendo a eliminar los síntomas de la ansiedad si la práctica es constante.

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