Laura García-Caro y su lucha contra el covid persistente: "Era levantarme ya sin fuerza después de haber dormido mucho, pensé que no volvería a ser atleta"

 La marchadora Laura García-Caro pelea por llegar a los Juegos Olímpicos de París, después de un proceso de más de un año en el que el covid persistente apenas la dejaba entrenar. El domingo compite en el relevo en la Copa del Mundo por Equipos.

David Jar David JarPHOTOGRAPHERS

Lo peor para los deportistas son las lesiones, pero la mayoría de ellas tienen plazos: un mes, cuatro, los que sean, haces esto y a volver a funcionar. Una faena, pero hay luz al final del túnel. Lo que le pasaba a Laura García-Caro no era visible hacia fuera. La luz también ha terminado estando, pero ha costado mucho encontrarla. "Intentaba explicar a mi entrenador que era como una sensación de debilidad. Yo estoy acostumbrada a vivir cansada de los entrenamientos, pero esto era levantarme ya sin fuerza después de haber dormido mucho", cuenta la marchadora de 29 años nacida en Lepe. "Para los de fuera era difícil entenderlo porque a mí como aspecto se me veía normal, pero el cansancio lo llevaba por dentro, y ya existía la duda de si es algo psicológico, pero después de todo este proceso me he dado cuenta de que no, porque estaba deseando volver y lo he hecho con muchas ganas", asegura.

Todo empezó en el verano de 2022...

Ha sido más de un año de incertidumbre. El covid con síntomas persistentes se cruzó en su camino y le ha costado mucho decirle adiós. Todo empezó en el verano de 2022. La atleta onubense ya había tenido la enfermedad antes y lo pasó mal, con los clásicos dolores de cabeza, de garganta, la fatiga, pero se recuperó bien. Esta segunda vez parecía lo mismo, aunque le hizo tener que renunciar al Europeo que se disputó en Múnich en agosto de ese 2022. Parecía pura mala suerte por el momento, pero la pesadilla sólo acababa de empezar. Se fue de vacaciones y regresó para afrontar la nueva temporada. "Y cuando llegaba a una intensidad más alta de entrenamiento era incapaz de acabarlos", describe.

"Entre noviembre y diciembre de 2022 tenía un cansancio muy exagerado y no sabíamos de qué podía ser. En un principio pensaba que podía ser un momento de fatiga que se alarga. Nosotros los deportistas al final le exigimos mucho al cuerpo y llega un momento en el que a lo mejor puedes pasar una anemia o un proceso de agotamiento... Un momento en el que a veces el cuerpo no está como nos gustaría, pero es verdad que se alargaba. Era una sensación de debilidad", afirma. Pero se alargaba y se alargaba sin fin. Su cuerpo no funcionaba como siempre y así empezó 2023. Podía entrenar a ratos, pero en cuanto aumentaba la intensidad llegaba la recaída. Vivía en una "montaña rusa". También le afectaba en su día a día. "Había semanas que me encontraba un poco mejor, pero otras veces estaba en una cafetería con amigos y quería irme a casa; o en la Universidad [estudia Psicología, ya tiene Enfermería] y me dolía mucho la cabeza y quería volverme a casa; o en la calle y necesitaba irme a dormir porque no aguantaba el día completo", recuerda.

La luz...

Sin unos entrenamientos mínimos, y además sin poder hacer piscina, elíptica o gimnasio, como sucede con el resto de lesiones, lo que permite mantener algo de tono, en 2023 Laura también renunció a competir. Otra verano parada con la esperanza de estar recuperada ya para afrontar el año olímpico con todo... Pero no. "Seguía encontrándome mal y estaba además muy fuera de forma. Desde la Federación me han ayudado mucho y contactaron con Juanma Alonso, un médico que está trabajando ahora en Doha; también conocían a un médico británico que había ayudado a muchos deportistas con problemas respiratorios", explica Laura. Después de hacerse varias pruebas, encontraron lo que le estaba pasando.


"Había, digamos, una desregulación del sistema nervioso autónomo y el simpático se activaba y el parasimpático no, cuando tienen que estar en constante equilibrio: sube la frecuencia cardiaca y el encargado de recuperar es el parasimpático, y a mí no me estaba funcionando correctamente y eso hacía que me costase más la recuperación. Cuando entrenaba los músculos necesitan más irrigación y como mi circulación no estaba siendo la adecuada, al final me dolía mucho la cabeza porque no tenía un buen retorno venoso. Tenía que aumentar la hidratación, aumentar el consumo de sal, porque las arterias estaban dilatadas, y unos antihistamínicos que me han ayudado a regular el sistema inmunitario; y llevar siempre medias de compresión después de entrenar para mejorar ese retorno venoso", enumera las pautas que le dieron.

"Siendo constante, con mente fría y haciendo cada día lo que toca llega un momento en el que también el cuerpo tiene memoria"

Empezó de forma paulatina. Primero entrenaba un día sí y otro no. Cuando ya recuperaba bien, dos sí y uno no. Así desde el pasado octubre hasta enero, todavía con cierta frustración. "Aparte del parón en sí lo duro es darte cuenta de lo lejos que estás de donde quieres, perdí mucha forma, pero siendo constante, con mente fría y haciendo cada día lo que toca llega un momento en el que también el cuerpo tiene memoria", dice. Después de Navidad llegó "el subidón". "Ya llevo un par de meses entrenando con total normalidad, cerca de mis tiempos y disfrutando más que nunca. Ha sido duro. Ha habido momentos en los que pensaba si volvería a competir y ser atleta profesional, porque nadie sabía si me iba a poder recuperar bien", prosigue. "Pero durante este tiempo pensaba que lo que pudiese hacer, aunque fueran muchos menos kilómetros de lo habitual, hacerlo. En los momentos difíciles creo que tenemos que ser perseverantes y el cuerpo llega un momento en el que a veces también te sorprende para bien. Si nos abandonamos cuando estamos mal, nos va a costar más recuperar. He intentado ser positiva dentro de lo malo, he tenido un entorno que me ha ayudado, he intentado distraerme para cuidar la parte mental y protegerme, y cuando he podido hacer algo, lo he hecho, aunque fuera poco, sin perder la esperanza. Y eso me ha ayudado", concluye.

A por sus segundos Juegos

Este domingo, Laura participará en el Campeonato del Mundo de Marcha por equipos que se celebra en Antalya, decisivo para la clasificación del relevo mixto (una maratón marchando por parejas, hombre-mujer), la nueva prueba para los Juegos de París. España puede clasificar a dos equipos. Ella será una de las relevistas. Es uno de los caminos que tiene para estar en la capital de Francia, en los que serían sus segundos Juegos. La otra es el 20 kilómetros marcha. "Es super ilusionante, hace unos meses ni sentía que podía estar luchando por ello", reconoce.

Fuente: FRANCISCO MARTINEZ - LA RAZÓN



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